Transformers: Una reflexión para el universo cinematográfico

Hoy ha salido el primer trailer de la nueva película de Transformers, la quinta, del universo cinematográfico creado hace ya 10 años por Michael Bay y me pareció un buen momento para una pequeña reflexión personal

Sabido es (y si no se enteran) que ante todo soy un fan de las historietas. Durante los noventas, la industria comiquera vivió una suerte de "crisis" editorial (producto de bajas ventas, cambios en el paradigma y malas decisiones editoriales que no vienen a cuenta) que causó un vuelco de 180° en la manera de hacer comics.

El surgimiento de artistas llamados "poser" como Jim Lee, Marc Silvestri, Rob Liefield y Todd McFarlane que priorizaban las "splash pages", las posturas heroicas en situaciones disímiles  o cotidianas sumado a las decisiones editoriales que forzaban a los guionistas a crear eventos que entrelazaran títulos de diferentes franquicias, generaron unos años en los que leer comics era, lisa y llanamente, mirar imágenes y desplazar la historia. Era más común "matar" personajes (emblemáticos o no) porque sí y sin explicación alguna, convertir heroes en villanos sin motivación o bien contar historias absurdas que focalizar en historias de peso para personajes con muchos, muchísimos, años en el medio.

Con la saga de Transformers me pasa algo semejante. Y no, no lo digo por la nostalgia de G1. Convengamos que esa serie, vital para convertirnos a todos nosotros en fanáticos, es un enorme comercial de tres temporadas y toneladas de capítulos, que distan del buen gusto, la congruencia o la coherencia capítulo a capítulo. Y hoy en día, sacando la película del '86, no te bancás ver ni dos capítulos seguidos.

Hablo por el simple hecho de adaptar algo de una época a otra.

En el cine hay quienes comparan la franquicia de Transformers con las de los otros tanques derivados de medios parecidos, como Marvel/Disney o DC/Warner y, si bien y como dije antes, el mundo de la historieta ha pasado por cosas semejantes, cada uno de los tanques se ha decidido por intentar plasmar ideas y conceptos acordes a este nuevo paradigma de su Universo comprendido cinematográficamente. Con sus muchas diferencias de base (entre orígenes de personajes hasta relaciones entre sí) e incluso mediando las diferencias editoriales que parecen sentar las bases de lo que quieren mostrar (una, Marvel, tratando de hacer su universo más ATP y la otra, DC, tratando de hacerlo más oscuro), han realizado un trabajo de regular a muy bueno dependiendo el caso y con sus falencias por supuesto.

Transformers no.

Michael Bay se ha endulzado por la "vía libre" que parecen haberle otorgado al ver que sus películas recaudan exponencialmente más dinero que elogios y no importa qué haga mientras eso sea acompañado de toneladas de dinero.
Es, lisa y llanamente, una representación de esa industria comiquera de los noventa que quería vender a toda costa para mantener el barco a flote.
Bay es eso, una representación de un cine que se está agotando a sí mismo, un cine en el que el paso del día a la noche, del campo a la ciudad o de un modo alterno brillante y lustroso a un robot sucio y gastado, puede darse en un corte de planos en segundos. Y la premisa es que, supuestamente, no nos debería importar... Un cine en el que una flecha medieval con fuego explota al tocar el suelo o donde hasta el agua puede explotar sin ningún tipo de coherencia y nosotros estamos "obligados" a sentirnos, no sólo a gusto, sino hasta "agradecidos" porque exista un cine que hable de aquello que nos gustaba cuando niños.

No, no es así. Y ya no importa cuántas más hagan, ya no importa si un personaje querido muere o no, si aparecen estereotipos raciales, si las historias se contradicen o dejan de tener sentido. 

Importa el hecho de que no se tome a los espectadores por idiotas. Porque, lamentablemente, eso es lo que somos.

A mí, al menos, no me gusta que me traten por idiota.

Una franquicia que no ha cambiado en 30 años, que se empeña en el hecho de vender figuras por sobre hacer productos de calidad (antes con G1 y ahora con las películas) está condenado a desaparecer.

Lo realmente preocupante es que todavía hay personas que piensan que Bay no es el culpable, que es Hasbro por detrás cuando, la misma empresa dueña de los derechos de TF, ha sacado series como Animated, Beast Wars o Prime que son de excelsa calidad o los comics de IDW, por caso...

En fin, no es esta una nota que trate de segmentar el fandom, ni soy siquiera tan pretencioso, es simplemente un espacio para la reflexión, aquello que un blog tiene en su definición más básica.

Y eso es lo que es.

Roll out!