El hecho de buscar artículos para mejorar la calidad de mis fotos me llevó a reflexionar brevemente acerca del "hecho de fotografiar".
Hay tantas maneras de fotografiar TF como coleccionistas que sacan fotos y es sabido que cada uno de ellos persigue estilos o trata de volcar determinada mirada para que sus fotos sean signo de identificación con su blog o temática.Quisiera así, abrir el tópico para generar un poco de ida y vuelta en torno al criterio fotográfico que tienen cada uno de los usuarios, redactores de los diversos blogs de coleccionismo, sean o no de Transformers.
Hay tantas maneras de fotografiar TF como coleccionistas que sacan fotos y es sabido que cada uno de ellos persigue estilos o trata de volcar determinada mirada para que sus fotos sean signo de identificación con su blog o temática.Quisiera así, abrir el tópico para generar un poco de ida y vuelta en torno al criterio fotográfico que tienen cada uno de los usuarios, redactores de los diversos blogs de coleccionismo, sean o no de Transformers.
En relación a esto me parece que lo importante es abordar el proyecto del armado de un blog con la seriedad necesaria para la empresa que lo convoca; con esto se clarifica el panorama y se logra ser tan "profesional" en la medida de lo que nuestra meta final requiera. No es lo mismo armar un blog aficionado en el que subo tanto material como tenga ganas o un blog de características más críticas, con armado de reseñas y terminología y/o esquemas de escritura quizá más definidos. Esto no impone una mirada por sobre la otra sino todo lo contrario, en el primer caso lo que hacemos es pensar los contenidos con fines distintos que en el segundo: allí radica la diferencia.
Diferentes tratamientos fotográficos para un mismo objeto
Dicho esto debería surgirnos la pregunta del armado general del blog: cómo se dispondrán los contenidos para una búsqueda, cuál será su referencia y demás por menores que atañan a nuestros intereses, uno de los cuales será el criterio fotográfico que usaremos.
Obviamente que aquí interceden algunos aspectos por fuera de lo estrictamente "coleccionable" a saber, lo económico (no es lo mismo disponer de tal o cual equipo fotográfico) como los saberes que en dicha disciplina tuviéramos la suerte de poseer (dicho sea que también se puede aplicar esto a la redacción u obtención del "artículo de colección").
Esta foto intentó emular la pose que hacemos cuando nos auto sacamos las fotos... no quedó muy bien que digamos... |
Una vez que todos estos "obstáculos" fueran sorteados, se verán cuáles serían los mejores criterios estilísticos a utilizar. Tanto para generar la elección como para analizar una fotografía ajena nos será de utilidad una aproximación breve a la teoría de semiótica fotográfica de Roland Barthes.
El semiólogo francés centrará su estudio en la fotografía periodística entendiéndola como fotografía con un fin más allá de lo estrictamente artístico o personal. Barthes dirá que es evidente, incluso desde el punto de vista de un análisis netamente formal, que la estructura de la fotografía no es una estructura aislada; se comunica por lo menos con otra estructura, que es el texto (título, leyenda o artículo) que acompaña toda fotografía periodística. Así, la totalidad de la información está sostenida por dos estructuras diferentes (una de las cuales es lingüística); estas dos estructuras aparecen juntas y se unen en una relación práctica, pero como sus unidades son bien distintas, no pueden mezclarse; en un caso (el texto) la sustancia del mensaje está constituida por palabras; en el otro (la fotografía), por líneas, planos, etc. Además, las dos estructuras del mensaje ocupan espacios reservados, contiguos, pero no , como por ejemplo en un jeroglífico, que funde en una sola línea la lectura de las palabras y las imágenes. De este modo, y aunque no haya nunca fotografías periodísticas sin comentario escrito, el análisis debe apuntar en primer término a cada estructura por separado; y sólo cuando se haya agotado el estudio de cada estructura podrá entenderse la forma en que se complementan.
Así, Barthes comienza a introducir su estudio sobre el mensaje fotográfico y surge la pregunta:
¿Cuál es el contenido del mensaje fotográfico? ¿Qué transmite la fotografía? Por definición, la esencia en sí, lo real literal. Del objeto a su imagen hay por cierto una reducción: de proporción, de perspectiva y de color. Si bien es cierto que la imagen no es lo real, es por lo menos su analogon perfecto, y es precisamente esa perfección analógica lo que, para el sentido común, define la fotografía. A este tipo de reproducción (otras expresiones artísticas como el dibujo o la pintura también lo son), Barthes las llamará mensajes sin código (recordemos brevemente que en el esquema comunicacional el código es el sistema de signos que utilizaremos para llevar a cabo la comunicación y debe ser provisto de antemano, por ejemplo, en la comunicación oral coloquial el código sería el idioma castellano para dos personas hispanoparlantes).
Cada uno de estos mensajes desarrolla de manera inmediata y evidente, además del contenido analógico en sí (escena, objeto, paisaje), un mensaje suplementario, que es lo que llamaremos corrientemente estilo de la reproducción. Se trata en este caso de un sentido secundario, cuyo significante es un cierto mensaje de la imagen por parte del creador, y cuyo significado, ya sea estético o ideológico, remite a una cierta idea de la sociedad que recibe el mensaje. Así veremos que contienen dos mensajes: un mensaje denotado que es el analogon en sí, y el mensaje connotado, que es la manera como la sociedad hace leer, en cierta medida, lo que piensa.
Ante una fotografía, la idea de verosimilitud o continuidad con la realidad es tan fuerte, que su descripción es literalmente imposible, puesto que describir es precisamente adjuntar al mensaje denotado, un relevo o un mensaje secundario, tomado de un código que es la lengua, y que constituye fatalmente, por más cuidados que se tomen para ser exactos, una connotación respecto de lo análogo fotográfico: por consiguiente, describir no es tan sólo ser inexacto o incompleto, sino cambiar de estructura, significar algo distinto de lo que se muestra.
Nuevamente las posibilidades de elegir cómo mostrar lo que queremos hablarán de nuestra idea para encarar el proyecto.
Ya para finalizar, Barthes dará cuenta de los mecanismos de connotación en la fotografía.
La connotación, es decir la imposición de un sentido secundario al mensaje fotográfico propiamente dicho, se elabora en los diferentes niveles de producción de la fotografía (selección, tratamiento técnico, encuadre, compaginación): es, en suma, una codificación de lo analógico fotográfico. Es posible, por consiguiente, ir desentrañando procedimientos de connotación; pero no hay que olvidar que estos procedimientos no tienen nada que ver,estrictamente hablando, con la estructura fotográfica.
Estos procedimientos son conocidos como: trucaje, pose, objeto, fotogenia, estetisismo, sintaxis; me limitaré a traducirlos en términos estructurales. En rigor, habría que separar los tres primeros (trucaje, pose, objetos) de los tres últimos (fotogenia, estetisismo, sintaxis), puesto que en esos tres primeros procedimientos, lo que produce la connotaciones es una modificación de lo real, es decir, del mensaje denotado (es evidente que este preparativo no es propio de la fotografía).
El trucaje une elementos que no existen; las "pinturas" digitales en su mayoría tienen un fuerte componente de este estilo.
La pose está marcada por determinado matiz que se le dará al signo, implica una mirada del artista/fotógrafo; es la predominante, por ejemplo, en el armado de la mayoría de las composiciones fotográficas del orden publicitario (aunque nunca aparece sola) y la más usada por nosotros los coleccionistas.
El objeto, sean personas o no, es todo lo que rodea al signo fotográfico y le da carga de sentido; por ejemplo, si ponemos una biblioteca detrás de un hombre le dará el agregado de significación "intelectual-inteligente".
La fotogenia marca la necesidad de embellecer el objeto con juegos de luz, técnicas de revelado, etc... El embellecimiento de la fotografía surge de medios "naturales y reales" y no alteraciones de la realidad.
El estetisismo le agrega una cuota espiritual al signo, un buen ejemplo serían las propagandas de ropa de niño en donde el niño busca ser análogo de "todos los niños" y se marcan pautas de belleza para determinar el estado de la ropa infantil en este caso.
Por último la sintaxis es en la que predomina el arte secuencial y da cuenta del movimiento en secuencia del objeto en cuestión. En estos casos serán requeridos varios objetos fotográficos para lograr hacer la conexión entre ellos.
El propósito de este artículo, inicialmente pensado para tener mucho menos texto, era abrir al debate de qué es lo que cada uno busca generar a la hora de fotografiar su colección, brindando un poco de apoyo teórico para que cada uno pudiera establecer un marco de referencia... Creo que en ese sentido he fallado; sin embargo sirva esta nota para que esa reflexión pueda o no ayudar a las personas que quieran armar su proyecto. Incluso en nuestro universo de coleccionistas hay ejemplos de varias de estas características.
A los que llegaron hasta aquí, muchas gracias por su tiempo y dedicación.
Saludos!
El trucaje une elementos que no existen; las "pinturas" digitales en su mayoría tienen un fuerte componente de este estilo.
La pose está marcada por determinado matiz que se le dará al signo, implica una mirada del artista/fotógrafo; es la predominante, por ejemplo, en el armado de la mayoría de las composiciones fotográficas del orden publicitario (aunque nunca aparece sola) y la más usada por nosotros los coleccionistas.
El objeto, sean personas o no, es todo lo que rodea al signo fotográfico y le da carga de sentido; por ejemplo, si ponemos una biblioteca detrás de un hombre le dará el agregado de significación "intelectual-inteligente".
La fotogenia marca la necesidad de embellecer el objeto con juegos de luz, técnicas de revelado, etc... El embellecimiento de la fotografía surge de medios "naturales y reales" y no alteraciones de la realidad.
El estetisismo le agrega una cuota espiritual al signo, un buen ejemplo serían las propagandas de ropa de niño en donde el niño busca ser análogo de "todos los niños" y se marcan pautas de belleza para determinar el estado de la ropa infantil en este caso.
Por último la sintaxis es en la que predomina el arte secuencial y da cuenta del movimiento en secuencia del objeto en cuestión. En estos casos serán requeridos varios objetos fotográficos para lograr hacer la conexión entre ellos.
El propósito de este artículo, inicialmente pensado para tener mucho menos texto, era abrir al debate de qué es lo que cada uno busca generar a la hora de fotografiar su colección, brindando un poco de apoyo teórico para que cada uno pudiera establecer un marco de referencia... Creo que en ese sentido he fallado; sin embargo sirva esta nota para que esa reflexión pueda o no ayudar a las personas que quieran armar su proyecto. Incluso en nuestro universo de coleccionistas hay ejemplos de varias de estas características.
A los que llegaron hasta aquí, muchas gracias por su tiempo y dedicación.
Saludos!
Muy interesante la entrada. Creo que, como se comenta, además del estilo particular que el autor quiera imprimirle a sus fotos, queda claro que la intención del blog mismo define dicho estilo. Por ejemplo: yo, al igual que muchos fanáticos de Transformers, sabemos que si busco detalles particulares de ciertas figuras, acudiré a las galerías de Seibertron o tal vez a las de Mdverde en busca de ese detalle.
ResponderEliminarEn ese momento, esos espacios se convierten en sitios de consulta un poco más seria. Por otro lado, si quiero una revisión un poco más profunda, con detalles históricos, acudiré a BlogTransformers, por ejemplo, en donde la carne está en el texto más que en las imágenes.
No digo que sean excluyentes entre sí, pero dichos estilos se definen a la par, tanto por el gusto del autor como por las demandas de los lectores. Vamos, uno ya sabe qué encontrará en cada blog y es ese estilo particular el que nos hace volver :)
Considero que tanto el mensaje escrito como la calidad fotográfica son de igual importancia, aunque por lo regular, siempre estamos buscando más uno de ellos. Por lo menos eso sucede conmigo.
Exacto, eso es palabra más, palabra menos, lo que quise exponer en esta entrada!
ResponderEliminarMuchas gracias Por pasarte y comentar!
Un saludo muy grande!